Antaño eran conocidos como “Caminos Reales” aquellos que conectaban entre sí varias comarcas tinerfeñas. Este es uno de ellos, el que discurría por el sur de Tenerife y que aún en la actualidad se puede recorrer.
Iniciamos el sendero en la plaza González Mena de la Villa Histórica de Granadilla de Abona. Tras dejar atrás el casco de la localidad discurriremos ya por un entorno plenamente rural y agrario, entre muros, fincas de cultivo en jable y canales de riego. Esté atento y no deje de ver junto al camino la ermita de la Virgen del Pino, la cual cuenta en sus alrededores con un horno tradicional y una era.
La presencia del agua en esta zona de la isla ha sido muy valorada por los lugareños, prueba de ello es el topónimo del núcleo que nos encontraremos a mitad del recorrido: Charco del Pino. Debe su nombre a un pequeño charco en forma de “ere” (agua sepultada bajo el lecho arenoso de un barranco y que se lograba obtener por excavación).
Una recomendación. Desvíese unos metros del sendero en este núcleo para admirar la belleza de la Iglesia de San Luis de Francia y su encantadora plaza, en donde cada agosto se baila la antiquísima Danza de Arcos. Desde aquí incluso puede subir a la Montaña de Chiñama, excelente mirador de la comarca de Abona.
El sendero continúa hacia San Miguel atravesando el barranco de La Orchilla, entre tabaibas, balos, cardones y fincas de cultivo, hoy en su mayor parte abandonadas.