El Caserío sobre La Fuente constituye un conjunto etnográfico de interés patrimonial situado en el término municipal de Granadilla de Abona, al este del casco urbano. El topónimo deriva de su emplazamiento, por encima de la Fuente del Lugar, en el barranco del mismo nombre; un punto de aprovisionamiento de agua que sirvió de acicate para la instalación del primer grupo humano en la zona y que, posteriormente, daría lugar al núcleo inicial de La Granadilla, cuya fundación se ha atribuido históricamente al portugués Gonzalo González Zarço en la primera mitad del siglo XVI, con mayoritaria presencia de compatriotas suyos.
No obstante, existe otra tradición que vincula el primer poblamiento humano con la construcción de la Ermita de Santa Lucía, en la parte alta del casco, y la génesis de un asentamiento incipiente junto al tramo del Barranco de la Fuente en el que esta se ubica.
El Caserío sobre La Fuente se fundaría en una fecha más tardía, aprovechando su proximidad a la Fuente del Lugar y al camino real que conecta con el Camino de Chasna, aunque no pueda precisarse la fecha del primer asentamiento, por carecer de datos históricos. Las construcciones que actualmente se conservan datan con seguridad del tránsito del siglo XIX al XX, aunque atendiendo a la práctica habitual en nuestra arquitectura tradicional de reaprovechamiento y recuperación de unidades constructivas y materiales, se podría remontar su cronología, con mucha probabilidad, al siglo XVIII.
El caserío está integrado por varias viviendas de planta rectangular en mampostería ordinaria de tosca, piedra basáltica y mortero de barro, de una sola planta, con cubiertas de teja árabe de una y dos aguas, así como dependencias anejas, como cuadras, cuartos de aperos, gañanías y otros, que muestran la misma morfología y técnica constructiva. Se conservan, en regular estado, las carpinterías originales de la mayoría de las edificaciones, caracterizadas por su sencillez y despiece tradicionales, así como las armaduras de pares e hibrones que las cubren, en muchos casos con apenas trabajo de labra. Las construcciones se alinean a ambos lados de un camino empedrado, a modo de calle principal, cuyo pavimento -muy antiguo- se conserva relativamente bien.
Entre las construcciones destaca una de mayor volumen y dos alturas, situada en el extremo occidental del caserío y destinada a granero. La zona de almacenamiento en la primera planta consta de un balcón de madera, con antepecho de tablazón y pilares de madera que apean una cubierta que es continuación del faldón principal. Es la pieza arquitectónica más destacada del conjunto y su fachada da a un patio cerrado por un muro con una portada de madera de dos hojas y cojinetes. Asociado a una de las viviendas, existe un horno para el secado de fruta, de planta rectangular y cubierta plana, fabricado en mampostería ordinaria sin enfoscar.
En los alrededores del caserío y en íntima relación con el mismo existe un conjunto de infraestructuras agrarias tradicionales que constituyen un magnífico ejemplo de los usos agrarios que se han desarrollado históricamente en este espacio de las medianías del sur de la isla. Aparecen hasta tres hornos más destinados al secado de fruta -uno de ellos de doble boca-, caracterizándose por sus cubiertas abovedadas, estructura cilíndrica y revestimiento original de barro refractario. También se localiza un aljibe de cronología imprecisa que contribuía a asegurar el abastecimiento hídrico del conjunto, además dos eras, que conservan su empedrado original y que constituían un elemento indispensable en el cultivo cerealístico.
Otras infraestructuras agrarias destacadas son los diversos pasiles documentados, destinados, igualmente, al pasado de la fruta, especialmente higos, tanto picos como de leche. El caserío aparece rodeado de bancales y terrazas de cultivo que son testimonio de la transformación del terrazgo en estas tierras del sur mediante el recurso del sistema de cultivo en jable, de manera que muchos de ellos se mantienen en producción y otros conservan el manto de jable que propiciaba el desarrollo de los cultivos tradicionales en este árido territorio.
Al caserío se accedía tradicionalmente por el camino real, que en este tramo se conoce como de La Fuentita, que conecta con el Camino Real de Chasna, la arteria de comunicación más importante entre el norte y el sur de la isla. En su parte baja nace un ramal que conduce a la Fuente del Lugar y continúa hacia la parte alta del casco urbano de Granadilla, en el que se ubica la Ermita de Santa Lucía. El camino conserva parte del empedrado tradicional y su caja aparece delimitada por muros de piedra seca característicos de este tipo de vía de comunicación tradicional.
La Fuente del Lugar constituye un hito histórico muy destacado de Granadilla, al contribuir al primer poblamiento castellano de la zona y, posiblemente, favorecer la presencia aborigen en épocas anteriores. Dispone de un vaso de mampostería, con una inscripción que indica el año de su construcción, 1859, así como una canalización que conducía el agua desde el naciente hasta este punto, que finaliza en un caño de metal.
El caserío no contiene Bienes Muebles Vinculados.